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26.07.1997, p. 13

(es). Siempre es sorprendente poder vivir, con que estratégias estéticas artistas jóvenes transforman la nave de despacho de mercancías al lado de la estación de ferrocarril – antes un sitio de agitada laboriosidad – en una sala contemplativa de arte.
Esta vez expone el muy versado, nacido en España y residente en Wies-baden, Amador Vallina-Vigón una parte representativa de su obra, dentro del proyecto "Aus4Stellungen" que en su transcurso hasta mediados de agosto también se podrán ver obras de Klaus Lomnitzer, Gert & Uwe Tobias, Kerstin Wichelhaus (inauguración 31.7), Sigrid Jäger (7.8.) y Gerald Jude (14.8.).
Amador Vallina-Vigón resalta las murallas de la nave de forma alargada con un juego enigmático con diferentes formas primarias del antiquísimo símbolo del circulo mágico que está representado así como el cuadraro en forma de paneles pictóricos o rectangulos de pizarra en los que el artista coloca figurinas delgadísimas que construye en la combinación del material hierro y papel.
Como distribución de la sala utiliza Vallina-Vigón objetos de madera cuadrados, esquinados y en relieve correspondiendo con las dos puertas de madera a izquierda y derecha colgados del techo, se mueven objetos de madera en los cuales todavía se puede apreciar las huellas del desgaste: objectos hallados, partes de paletas de madera utilizada en las que fueron transportados diferentes materiales. También aquí establece el artista una relación de la obra con la sala en un contacto directo con el hallado espacio.
En estos cuadros táctiles siempre el color determina lo occurrido en los cuadros que a veces se limita entre ellos o en los que en el caso de los cuadros de óxido, las estructuras están entretejidas con mucha fantasía. Óxido, dice el artista, influye y simboliza el tiempo y un proceso de transformación. En la linea expuesta hay filigranas figuras, delgadas como alambre, cartilójenas, con superficie arrugada que se orientan en formas reducidas a Giacometti o Germaine Richier y parecen una reencarnación de la dinámica.
Vallina-Vigón modula sus creaturas frágiles de hierro y papel y las cubre con una pátina rojo-marrón. Impulso enfático marca las figuras en movimiento. Siguiendo el ejemplo de jardines de piedra de Japón o cuadros de arena de los indios el artista ha vertido sal blanca en formas de arco sobre el suelo de cemento y acentúa la forma del circulo aún más por una serie de objetos, con costra de sal colgados del techo: jamones de cartón piedra. Linia, circulo y cuadrado, todos son símbolos arquetípicos y analogías de circulos mágicos de magos celtas y mandalas budistas.
Desde que el mundo es mundo el hombre ha compuesto con piedras símbolos mágicos y porque el escultor de piedras más famoso de la actualidad, el inglés Richard Long, que se dejó inspirar por el paisaje español para sus trabajos conceptuales, Amador Vallina-Vigón le ofrece su referencia: Con un compacto camino de piedra hecho esmeradamente que cambiará en el transcurso de la exposición y que para él simboliza la sabiduría de la tierra. La exposición se puede visitar el sábado y domingo de 12 hasta las 18.

La página de la exposición