Mallorca Magazin - Cultura
Momentos Íntimos
11.03.2010, Nr. 510, S. 38
Con la grata autorización de Mallorca Magazin
Momentos íntimos
Al artista Amador Vallina le cuesta separarse de sus obras
DE ANTONIA EBENBURGER
"Para mi fue como una señal." De pequeño Amador Vallina encontró una guitara en la calle. No pudo ser casualidad, ya que quería ser músico. Pero cuando cogió el instrumento torpemente y empezó a
tocar las cuerdas, lo vió un vecino. "Coges la guitara como una sartén", gritó. El sueño de la carrera de músico, se esfumó. Amador se rie cuando recuerda ese pequeño episodio. Porque sabe que su
vocación era otra.
Él con sus 52 años en su taller en el barrio antiguo en Palma cuidadosamente pela un trozo de palmera. Una pieza encontrada en una de sus caminatas en la naturaleza. En el mar o en la montaña
encuentra conchas, huesos, piedras o también maderas que integra en las esculturas o aplica en los cuadros. Con ello quiere darles un nuevo soplo de vida: "El impulso lo recibo siempre de una
materia que está muerta, es decir que ya ha tenido un proceso tras de si."
El deseo de darles a las cosas otra forma de vida, es como un hilo rojo en el trabajo del asturiano. Que empezó con marionetas que Amador construía en un minucioso trabajo artesanal. El está
convencido: "La marioneta me llevó a la escultura."
Él mismo describe su arte como informal, abstracto: A veces todavía se reconocen los objetos originales pero mayormente inventa algo completamente nuevo. Amador emplea siempre "materiales pobres"
- como él los nombra -, bueno la mayor parte objetos naturales o residuos. Donde otros solo ven un trozo de chatarra descubre él una joya.
Sus esculturas, cuadros y monotipos reflejan todas las tonalidades de la tierra. O son negras, grises: Carbón es otro elemento que muchas veces deja tal como es. Su mujer Ditta sospecha, que
quizás inconsciente quiera plasmar la atmósfera de su niñez. En el pueblo de su Asturias natal hay mucho carbón. Amador dejó Asturias hace ya mucho tiempo - con 16 se fue a Alemania. Hoy se mueve
entre Maguncia y Palma. Mallorca no la quiere echar de menos: "Aprecio mucho la atmósfera personal que hay aquí, se deja trabajar simplemente relajado."
Con gran entusiasmo se agarra a nuevos proyectos, pule los detalles a veces durante meses, le cuesta llegar a un final. "El proceso de trabajo para mi es casí una situación íntima, estoy como en
un mundo propio - la intuición me dirige. De esa forma siempre se crea algo muy propio y al final es difícil dejarlo."
Exposición de Amador Vallina de momento en la Galería K., Plaza del Rosario 5, en Palma, en ArteArtesanía, C/. de La Luna 43 en Sóller y en la Galería Kaschenbach en Trier [Alemania].
Etiquetas: Amador Vallina, recorte de prensa, Antonia Ebenburger, Mallorca Magazin, 2010